sábado, 10 de noviembre de 2007

iPod party...

Bailar con las orejas

por Emili J. Blasco desde Londres


Es el “mobile clubbing”. Citas por internet congregan a grupos de jóvenes con sus iPods en lugares donde una fiesta estaría prohibida, pero nadie puede echarles porque la suya es una “party” silenciosa

LONDRES. El personal de seguridad de la Tate Modern, el principal museo de arte contemporáneo de Londres, se sorprendió de que tanta gente comenzara a concentrarse dentro del edificio al final de un viernes. Las sospechas de que algo iba a pasar se acrecentaron cuando, a punto de dar las siete de la tarde, decenas de personas rezagadas entraran corriendo para reunirse con las demás. A las 19.01 hubo la respuesta: todos comenzaron a bailar al mismo tiempo, cada uno con los auriculares de su reproductor MP3 en los oídos.
La imagen bien podía ser una instalación ideada por alguno de los artistas que exponen en la Tate: gente moviéndose a diferentes ritmos (cada cual con su propia selección de música) y en silencio. Eso les pareció a algunos visitantes que llegaron entonces al museo, conocedores de las “estravagancias” de sus galerías.
Luego, en vista del éxito de concurrencia y de que tal masa de gente no iba a ser lanzada a la calle, los congregados comenzaron a dar gritos al unísono de vez en cuando, animándose unos a otros. Y todo eso sin alcohol, pues la presencia de botellas o latas de cerveza habría aumentado el riesgo de desalojo.
Ese día fue en la Tate, otra vez anterior ocurrió a las puertas de la catedral de San Pablo, y también el vestíbulo de la estación de King's Cross ha sido escenario de esas convocatorias sorpresa. El “mobile clubbing” se ha puesto de moda para hacer amigos, bailar tu propia selección de música y hacerlo sin sentido del ridículo porque otros también se mueven sin que los demás oigan sus sones, gozar con la transgresión de montar una fiesta en un lugar insospechado, no tener que pagar entrada para divertirse y quedar con gente con la que luego marchar de convencional “clubbing”.
Una de las webs desde las que se organizan estas citas es “dontstayin.com”, página en la que luego se cargan fotografías del evento. “Ocupar vuestro sitio y sonreír a los otros 'clubbers'; en el momento en que el reloj marque las siete y un minuto, comenzad a bailar como nunca lo habíais hecho antes. Pasad la voz”, decía el mensaje previo colocado en la web. “Por fin va a haber algo digno de verse en la Tate”, advertía un tal “media barba medio dj”, mientras que “Big D” se quejaba de no poder entrar alcohol en el museo: “no a ser lo mismo sin una buena botella de tinto”.
publicado en ABC 10-11-07